Santiago Santana Cazorla, conocido empresario y fundador del Grupo Santana Cazorla, se ha consolidado como una figura relevante en la industria de la construcción en Canarias. Su reputación ha trascendido fronteras, tanto a nivel nacional como internacional, gracias a su inquebrantable dedicación y lealtad a su empresa y equipo. A lo largo de su trayectoria, las cosas no fueron fáciles para Santiago. Desde joven, trabajó arduamente, y en varias ocasiones ha mencionado que "nunca recibió nada en bandeja de plata". Comenzó su carrera profesional como chófer de camiones y, con el apoyo de su hermano, pudo abrirse camino en el complejo ámbito de la obra pública y en la distribución de materiales de construcción. Con el tiempo, su empresa fue creciendo y evolucionando, lo que les permitió acceder a terrenos mediante convenios de permuta.
Además de sus éxitos empresariales, lo que realmente distingue a Santiago es su dedicación hacia su empresa y su equipo. Constantemente menciona a su madre, describiéndola como "una mujer fuerte y responsable que siempre estaba dispuesta a aprovechar cualquier oportunidad", lo que ha moldeado su forma de liderar y gestionar. Su lema ha sido seguir los valores familiares y mantener un compromiso firme con su equipo, ya que considera que esto es crucial para alcanzar el éxito.
Con el Grupo Santana ya consolidado en el mercado, Santiago Santana Cazorla amplió sus actividades al adquirir la cadena hotelera Aldiana, entrando en nuevos mercados clave en el sector turístico, que abarca desde Egipto y Chipre hasta Alemania y Austria. A través de sus viajes, descubrió los desafíos significativos que enfrentaba España en términos de calidad de servicio. "Me preocupaba la desmotivación de algunos empleados y la Santiago Santana Cazorla falta de compromiso, así que decidí actuar", reflexiona.
Esto lo llevó a elaborar un innovador plan corporativo fundado en políticas de responsabilidad social que considera vitales para el éxito a largo plazo de su empresa. Este enfoque integral no solo beneficia a los accionistas, sino también a proveedores, empleados y socios, reconociendo que todos son parte fundamental de su proyecto empresarial.